Lecciones de Vida

¿Qué Pasa cuando lo Único que Queda es un Árbol Vacío?

“Feliz Año Nuevo!”
Nuestra casa explotó entre gritos de buenos deseos, risas y abrazos cariñosos.
Me encanta celebrar el nacimiento de nuestro Señor con fiestas y regalos, pero después de un mes entre luces y decoraciones estaba lista para guardar todo y limpiar mi casa.
Me levanté temprano el día siguiente para quitar todo lo navideño, dejando el árbol, por último.

“Falta uno,” dijo mi esposo, apuntando al árbol.

Era un adorno en forma de un nacimiento que se encontraba escondido entre las ramas.

“Pobre árbol,” añadió. “Anoche era el centro de atención, tan iluminado y decorado.

Ahora que ya no tiene adornos ni luces, no es más que un árbol vacío y pelado.

“Que interesante,” respondí. “Lo único que queda es Jesús enmedio del árbol vacío y pelado.

¿Qué pasa cuando lo único que queda es un árbol vacío?

¿Qué pasa cuando nos despojan de los adornos, luces y cintas en nuestra vida?

¿Que pasa cuando nos damos cuenta de que comprar más ropa nueva no nos hará más atractivas, postear más fotos no nos hará más populares, trabajar mas no nos hará sentir más valiosos y comer más no nos hará sentir menos solos?

Después de probar unos cuantos me di cuenta de que ninguna de las opciones anteriores produce resultados duraderos.

Pero descubrí a Jesús, Quien murió cruelmente en un árbol vacío y pelado, en la Cruz, para que yo no tuviera que sufrirlo.

¡Lo hizo por mí y lo hizo por ti!

Él fue rechazado para que nosotros fuéramos aceptados, Él fue herido para que nosotros fuéramos sanados, y El murió para que nosotros fuéramos salvos.

En Su carta de amor nos recuerda que:

  • Él nos creó tal y como somos- Tu, Señor, diste forma a mis entrañas; Tú me formaste en el vientre de mi madre Salmo 139:133
  • Nunca estamos solos – Tu presencia me envuelve por completo; la palma de tu mano reposa sobre mí. Salmo 139
  • El conoce nuestras necesidades y las suple- El Señor sacia la sed del sediento, y colma con buena comida al hambriento Salmo 107:9 RVC

Estos son solamente unos pocos recordatorios que podemos usar cuando no nos sentimos muy bien.

La Biblia esta repleta de respuestas y promesas para cualquier situación que podamos enfrentar.

Mi árbol vacío ya está guardado en una caja hasta la próxima Navidad.

Por suerte la Cruz también está vacía porque Jesús está vivo y toca la puerta de nuestros corazones para que lo invitemos entrar.

Él quiere que le demos la oportunidad de salvarnos, sanarnos, defendernos, protegernos, guiarnos, amarnos y mucho, mucho más.

Y El nunca, jamás se cansará de tocar tu puerta.