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¿Sabes Descansar en Movimiento?
El cielo azul se confundía con la cristalina agua marina en el horizonte. Mi amiguita y yo subimos a la lancha cargadas de toallas, anteojos de sol, bronceador, y cámara para captar cada momento de tan esperada aventura. Era la primera vez en mis trece años que mi papá me dejaba pasar el fin de semana con mi mejor amiga y su familia. Su papá era un ávido pescador, y esa invitación a pescar en alta mar era una experiencia imposible de rechazar. Nos acomodamos en la punta de la lancha como estrellas de cine. Cerré los ojos, disfrutando del aire marino golpeando suavemente mi cara. Deseaba que ese día…