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¿Sabes Boxear?
“Me despidieron!” me dijo mi amiga llorando. “Que voy ha hacer! Nunca pensé que esto me pasaría a mi; ¡fue totalmente inesperado!” Luchaba por guardar la calma. Esa posición en tan prestigiosa empresa era su boleto a una estabilidad económica. La emoción la embargaba desde que le confirmaron su contratación, meses atrás. Y así como así, sin ninguna razón concreta, la despidieron después de dos semanas de haber comenzado. “Por favor, no me hagan esto. ¡Denme una oportunidad!” le rogo al supervisor, sin éxito. La abrace fuertemente sin encontrar las palabras apropiadas para consolarla. ¿Que hacemos cuando la vida nos da una bofeteada y no sabemos boxear? La Biblia nos…
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¿Harías una Fiesta en tu Bodega?
“Vengan a ver lo que encontré!” grito mi hija. Era la primera vez que entrabamos a esa casa que estaba en venta. Era amplia, y muy elegantemente decorada, pero al entrar sentimos un olor fuerte, apestoso. Por mas que recorrimos la casa no podíamos descubrir la fuente de esa podredumbre. “Por aquí!” me jalo de la mano con insistencia. Detrás de un gran librero en la sala mi hija encontró una puerta que daba a una bodega. Prendimos la luz e inmediatamente se respondieron nuestras preguntas. El pequeño cuarto estaba lleno de muebles viejos y polvosos, cajas con documentos y ropa regada por el piso y un hedor que nos…
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¿Sabes para donde Vas?
“Sigan la flecha que los llevara a la puerta de salida,” dijo la guia. “Pueden regresar mañana cuando tengamos luz de nuevo.” Mi corazón se quería salir de mi pecho. Me agarre del brazo de mi esposo mientras nuestros niños se prendían al mío. Tratamos de seguir las instrucciones de la guía, navegando a través de la obscuridad del túnel junto con los otros visitantes. De repente, una luz se encendió frente a nosotros, formando una flecha que apuntaba a la derecha. Después de los quince minutos mas largos de mi vida, salimos a un cielo azul y un parque de diversiones lleno de gente que no tenia ni idea…
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¿Sabes Descansar en Movimiento?
El cielo azul se confundía con la cristalina agua marina en el horizonte. Mi amiguita y yo subimos a la lancha cargadas de toallas, anteojos de sol, bronceador, y cámara para captar cada momento de tan esperada aventura. Era la primera vez en mis trece años que mi papá me dejaba pasar el fin de semana con mi mejor amiga y su familia. Su papá era un ávido pescador, y esa invitación a pescar en alta mar era una experiencia imposible de rechazar. Nos acomodamos en la punta de la lancha como estrellas de cine. Cerré los ojos, disfrutando del aire marino golpeando suavemente mi cara. Deseaba que ese día…